La escasez de agua en distintas partes del mundo es un tema que mantiene en alerta a la población y a sus representantes por los problemas que conlleva en todos los aspectos.
Los recursos hidráulicos se ven afectados por múltiples usos, siendo la agricultura el sector que más agua consume, 69% de la extracción a nivel global, la industria representa el 21 % y el consumo doméstico el 10%.
Una vía para afrontar este problema de escasez es el empleo de aguas residuales, con o sin tratamiento, para el regadío; el cual se sigue estudiando. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la agricultura se puede beneficiar de la reutilización de aguas en distintas maneras ya que son una fuente de agua muy estable todo el año con lo cual puede mejorar la seguridad de los agricultores en cuanto a los riesgos de escasez.
Lamentablemente en muchos casos la descarga de aguas residuales a los cuerpos de agua como ríos, lagos y mares, y al suelo, no respeta las normas existentes ni los estándares de calidad del agua que se exigen, representando problemas para el medio ambiente y riesgos para la salud pública, principalmente por sus características microbiológicas. El uso de agua tratada minimiza o puede prevenir estos riesgos.
La importancia de las Plantas de Tratamiento de Agua Residual, recae en el cumplimiento de las regulaciones para la calidad de agua que se necesita, la relación costo- beneficio resulta con importantes ventajas, visibles en distintos plazos de tiempo para la economía, salud y medio ambiente.