Aguas residuales: Un método para la detección del COVID-19

Estudio revela presencia de COVID-19 en plantas de tratamiento de aguas residuales, contribuyendo al monitoreo de las tasas de infección viral.

De acuerdo a un estudio de la Universidad Stanford publicado en Environmental Science and Technology, el análisis de las aguas residuales proporciona un método para detectar la presencia del coronavirus en muestras de desechos, además de indicar si las tasas de infección van en aumento o disminución.

La investigación parte del hecho de que el agua residual es una fuente firme de coronavirus, ya que las personas infectadas desechan el virus a través de sus heces, por lo que pueden emplearse en la evaluación de los esfuerzos para contener la pandemia.

El análisis identifica el material genético en la forma de ácido ribonucleico (ARN) de SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, y confirma que las tendencias en concentraciones de ARN del virus en las aguas residuales corresponden a las infecciones de coronavirus en la comunidad.

De esta forma, los métodos de detección de COVID-19 que recurren a la observación de las aguas residuales están tomando fuerza en todo el mundo, ya que podrían alertar a las autoridades sanitarias sobre brotes potenciales días antes que se reconozcan los síntomas individuales del virus. El ARN viral puede ser aislado de los desechos en las plantas de tratamiento de aguas residuales e identificado mediante un proceso de recuperación.

Las aguas residuales incluyen la excreción viral de personas sintomáticas y asintomáticas, por lo que la cuantificación del genoma viral en el agua residual está ligada a la magnitud de circulación del virus en la comunidad y permite conocer las cepas virales que circulan en la zona.

Además de que la presencia del genoma viral en el agua residual puede alertar sobre la presencia de una fuente infecciosa de exposición poblacional. Esto refleja la importancia del estudio de aguas residuales como fuente de información de la circulación del virus en una comunidad y como potencial fuente de contaminación de aguas superficiales y alimentos.