¿Cómo ayudan las PTAR a la salud y al medio ambiente?

El tratamiento de aguas residuales, consiste en el reaprovechamiento del agua que consumimos para que, una vez purificada de nuevo, pueda servir como agua limpia o, como mínimo, que no produzca daños a la flora y la fauna, debido a los residuos que contienen.

De esa manera, se reaprovecha y conserva el recurso más valioso y escaso del que disponemos.

En nuestro caso particular, también podemos poner nuestro granito de arena en la conservación del agua en casa. Para ello, existen los llamados sistemas de:

  • Reciclaje de «aguas grises».
  • Tratamiento de aguas residuales domésticas.
  • Aprovechamiento del agua de lluvia.

El tratamiento de aguas residuales domésticas:

Yendo un paso más allá, un hogar puede realizar un tratamiento de aguas residuales similar al industrial que hemos visto, pero a menor escala.

Mediante el uso de una depuradora para el hogar, se puede potabilizar de nuevo el agua. Eso no solo permite un ahorro en la factura, sino también una cierta independencia del suministro de agua potable, por ejemplo, en caso de cortes del servicio

Salud:

Más de 80% de las aguas residuales del mundo se vierten en el medio ambiente sin tratamiento, una cifra que alcanza 95% en algunos países menos desarrollados. Hoy día, solo 26% de los servicios urbanos y 34% de los servicios rurales de saneamiento y aguas residuales previenen efectivamente el contacto humano con las excretas en toda la cadena de saneamiento y, por tanto, pueden considerarse seguros.

Dos de los beneficios que se verían en la salud son:

  • Para 2030, poner fin a las epidemias del SIDA, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles.

  • Para 2030, reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos y la contaminación del aire, el agua y el suelo.