La importancia del agua en el desarrollo sostenible.

El agua es un elemento fundamental en el desarrollo sostenible, indispensable en sus aspectos sociales, económicos y ambientales. El agua es vida, esencial para la salud. El agua al ser un bien económico y un bien social, debe distribuirse en primer lugar para satisfacer las necesidades humanas básicas y luego para permitir el funcionamiento de los ecosistemas y distintas formas de uso en la economía, incluida la seguridad alimentaria.

La pandemia del COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia vital del saneamiento, la higiene y un acceso adecuado a agua limpia para prevenir y contener las enfermedades. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el lavado de manos es una de las acciones más efectivas para reducir la propagación de patógenos y prevenir infecciones, incluido el virus del COVID-19.

La contaminación de nuestras fuentes de agua, además de tener un impacto en la destrucción de los ecosistemas, puede suponer graves riesgos para la salud de las poblaciones en lugares donde no existe un adecuado tratamiento del agua. El saneamiento básico, especialmente el acceso a agua tratada y la recolección y tratamiento de aguas residuales son fundamentales para evitar estos riesgos.

Es importante que exista un ciclo sostenible del agua desde su recolección y tratamiento hasta su distribución y, posteriormente, del agua utilizada en los hogares e industrias – tratamiento de aguas residuales – antes de su liberación a los cuerpos de agua.

Una de las principales razones de esto es la mala gestión de los recursos hídricos, combinada con el crecimiento de la población y el cambio climático que enfrenta el planeta. La falta de saneamiento básico es resultado de la falta de inversiones en el sector.

Particularmente para el agua, esto implica que utilicemos el recurso en la actualidad de modo tal que pueda ser aprovechado con buena calidad y en cantidad suficiente por nuestros hijos y nietos. Para lograrlo, es necesaria la solidaridad y cooperación de todos los actores que estamos involucrados, con distinto grado de participación y de responsabilidad, en la gestión del agua.

En México, aún existen millones de personas que no tienen acceso a agua potable y apenas la mitad de las aguas residuales generadas son tratadas. La liberación de estas aguas residuales sin tratar al medio ambiente, contamina las fuentes de agua y tiene un gran impacto en la vida acuática.  Además, la limpieza de un río tiene un costo muy elevado y solo es posible si los vertidos de aguas residuales domésticas y efluentes industriales se tratan antes de ser vertidos a los ríos.