La importancia del tratamiento de aguas residuales.

El agua es un recurso básico que garantiza la vida no solo del ser humano sino de todos los seres vivos sobre la tierra, éste se vuelve un derecho por su importancia en la salud de la humanidad y no solo nos ayuda a estar sanos, además mantiene la musculatura del cuerpo en óptimas condiciones, actúa como refrigerante o calefacción del cuerpo y ayuda a transportar oxígeno a las células del cuerpo.

De toda el agua que posee nuestro planeta solo el 2.5% es agua dulce, y solo el 0.4% es agua apta para el consumo de los humanos. Nos queda claro que la escasez de agua potable es un problema latente en la humanidad y puede llegar a afectar a más del 40% de la población a nivel mundial. Por desgracia con la llegada del calentamiento global se prevé que este porcentaje vaya en aumento y se estima que 1 de cada 4 personas sufrirá la escasez de agua para el año 2050.

El tratamiento de las aguas residuales consiste en una serie de procesos químicos, físicos y biológicos que se emplean con el fin de eliminar los contaminantes que pueda tener el agua que con el fin de que estas aguas puedan ser aprovechadas por otras personas. Cuando las aguas se depuran, pueden ser devueltas al medio ambiente, según los límites de vertido establecidos en la ley.

El tratamiento de aguas residuales es crucial para el planeta es porque protege nuestro medio ambiente. El agua no tratada es una amenaza para la vida marina que incluye animales y plantas, pero el proceso de tratamiento elimina los contaminantes. Afortunadamente, las ciudades pueden descargar el agua tratada al medio ambiente, donde normalmente fluye hacia cuerpos de agua dulce, como lagos, ríos y arroyos. Además, las personas pueden usar agua reciclada para el riego, ya que el agua limpia mejora el suelo y facilita el cultivo.

Es evidente que la polución del agua es un problema que está afectando diversas partes del mundo. En la mayoría de los países, se han implementado programas de control, que parten de la restricción de descarga de aguas residuales, estableciendo límites y parámetros de vertido para compuestos químicos y orgánicos.

Pero la realidad es que tan sólo el 30% del agua residual que es tratada cumple con los límites o parámetros establecidos. Por lo cual, muchos efluentes continúan deteriorando los sistemas acuáticos e interfiriendo en el uso potencial del agua.