Las plantas tratadoras de aguas residuales domésticas e industriales son una tecnología aliada ante las sequías cada vez más severas y el estrés hídrico. Pero de las 2 mil 872 plantas municipales instaladas en México, no operan eficientemente las 277 (9.6 por ciento) de Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato y Morelos, de acuerdo con el inventario de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Las razones son el alto costo de su mantenimiento y funcionamiento, incluido el consumo de electricidad; políticas nacionales que no favorecen la reutilización de aguas tratadas para la agricultura, la industria y los servicios municipales en lugar de utilizar agua subterránea (potable) como ocurre en la actualidad; y la falta de transparencia en el manejo de los recursos financieros a nivel municipal.
Aunque las más de dos mil plantas tienen una capacidad instalada para tratar 198.60 metros cúbicos por segundo de agua residual municipal, en 2021 se trataron 145.34 metros cúbicos por segundo (73 por ciento de su capacidad), desglosa la Subdirección General de Agua de la Conagua con actualización a junio 2022.
La mayor parte de México sufre un alto estrés hídrico y muchas regiones del país son altamente vulnerables a las sequías debido al cambio climático, por lo que recomiendan a las autoridades impulsar el rehúso de agua tratada en operaciones industriales y, sobre todo, en actividades agrícolas por ser el sector que más volumen hídrico demanda por la ineficaz técnica de riego.