Hasta ahora usar una planta de tratamiento de agua da a las personas mucha desconfianza por no conocer el proceso que recibe el agua contaminada. Sin embargo, es segura para usarse en actividades como agricultura, descarga en drenajes, autolavados y otras acciones cotidianas en las que se puede utilizar este recurso.
A continuación, conocerás algunos mitos y realidades sobre el agua tratada, te ayudarán a entender que utilizarla en nuestro día a día tiene más beneficios de los que imaginas:
Mito. El agua que recibe tratamiento puede beberse directamente.
Realidad. Depende mucho del tratamiento que reciba el agua, si recibe uno exclusivo para agua potable, sí puede beberse. Si no es tratada para esta situación NO puede ser de consumo humano.
Mito. No se pueden eliminar todos los contaminantes del agua a tratar.
Realidad. El agua tratada lleva un proceso que asegura la eliminación de todos los agentes que podrían ser dañinos para el ser humano, ecosistemas y animales.
Mito. ¿El agua tratada puede recibir muchos tratamientos?
Realidad. Depende mucho de los contaminantes que contenga el agua, pero sí puede tratarse varias veces y en todas las ocasiones el agua procesada termina libre de contaminantes.
Mito. Contar con agua procesada es costoso.
Realidad. Al inicio solo deberás hacer una inversión para tener agua limpia en todo momento, esto es un beneficio muy importante, ¿por qué? Porque evitas pagar por traslados de agua, pagos anules por consumo de agua limpia (agua y predio, impuestos anules en México).
Mito. El agua tratada tiene mal olor y tiene un color diferente al agua natural.
Realidad. Al recibir un tratamiento, el agua residual se puede eliminar todo ese aroma desagradable que se percibe cuando es tomada directamente de la llave. Además, se puede eliminar el color amarillento que a veces se presenta.
Actualmente, las empresas que cuentan con una planta de tratamiento son conocidas como “socialmente responsables”. Pero las plantas no son exclusivas de este rubro, cualquiera puede tener una planta: desde un hogar familiar, hasta un centro comercial e incluso una alcaldía o municipio de algún estado de la República Mexicana.