La escasez de agua en distintas partes del mundo es un tema que mantiene en alerta a la población y a sus representantes por los problemas que conlleva en todos los aspectos. La limitación de este recurso pone en riesgo la viabilidad ecológica del planeta, y la vida de las generaciones actuales y futuras.
Los recursos hidráulicos se ven afectados por múltiples usos, siendo la agricultura el sector que más agua consume, 69 % de la extracción a nivel global, la industria representa el 21 % y el consumo doméstico el 10%.
“En México casi el 78% del total de agua se utiliza en la agricultura y para producir alimentos, de la cual el 53% se desperdicia.”
Una vía para afrontar este problema de escasez es el empleo de aguas residuales, con o sin tratamiento, para el regadío; el cual se sigue estudiando. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la agricultura se puede beneficiar de la reutilización de aguas residuales (tratadas o no) en distintas maneras ya que son una fuente de agua muy estable todo el año con lo cual puede mejorar la seguridad de los agricultores en cuanto a los riesgos de escasez. Su contenido en nutrientes y fertilizantes puede contribuir a aumentar el rendimiento de los cultivos y en un caso donde las aguas residuales sustituyan la extracción de aguas subterráneas, el ahorro en los costos de bombeo es una gran ventaja.
Lamentablemente en muchos casos las descargas de aguas residuales a los cuerpos receptores de agua como ríos, lagos y mares, y al suelo, no respetan las normas existentes ni los estándares de calidad del agua que se exigen, representando problemas para el medio ambiente y riesgos para la salud pública, principalmente por sus características microbiológicas. El uso de agua tratada minimiza o puede prevenir estos riesgos.
La importancia de las Plantas de Tratamiento de Agua Residual, recae en el cumplimiento de las regulaciones para la calidad de agua que se necesita, la relación costo- beneficio resulta con importantes ventajas, visibles en distintos plazos de tiempo para la economía, salud y medio ambiente.
Existen distintas opciones tecnológicas y procesos para adecuar el tratamiento al objetivo, dependiendo del uso específico y el grado de contacto humano que exista, así como el tipo de suelo, de cultivo y el proceso industrial al que será sometido.
Afortunadamente, contamos con empresas como Aclara, empresa orgullosamente mexicana que lucha por tratar bien al agua de México, Latinoamérica y próximamente EUA; comprometidos completamente con la sociedad y el medio ambiente para ofrecerle, no solo a sus clientes, sino a toda la naturaleza y, sobre todo a las comunidades que recibirán esa agua tratada; un agua que en verdad cumple con los requerimientos más estrictos de la ley para tener una calidad que la hace reutilizable tanto en riego e incluso en usos de lavado público.
El tratamiento de aguas residuales es una medida que resulta cada vez más importante para conservar el agua y controlar la contaminación por lo que la viabilidad de estos proyectos depende de un conjunto de factores clave, así como del involucramiento, la participación y compromiso de todos los actores relacionados con los temas ambientales, agrícolas y sanitarios, donde el principal objetivo es atender y cubrir las necesidades actuales, buscando alternativas sin poner en riesgo los recursos necesarios para las generaciones futuras.